Allí donde el transporte se presta con frecuencia como un servicio, las ciudades aspiran a ofrecer una movilidad digital, limpia, inteligente, autónoma y multimodal, con más espacios para peatones y ciclistas.

En este lugar concreto, las ciudades deben prepararse para una disrupción significativa. Taxis robóticos, drones voladores de pasajeros, para túneles urbanos subterráneos, son solo algunas de las innovaciones que pueden surgir en el futuro de la movilidad. abandonar la conducción de un coche. Centrarse en el usuario es el eje principal de un cambio en la dinámica del transporte urbano mundial. La electrificación, la conducción autónoma, las infraestructuras inteligentes y conectadas, la diversidad modal y una movilidad integrada, resiliente, compartida y sostenible -impulsada por modelos de negocio disruptivos- impulsarán la tendencia de grandes cambios en la forma de moverse por las ciudades en los próximos diez años. El 54% de los ejecutivos municipales confesaron en respuesta a un estudio de ESI Thoughtlab study que reevaluarán la movilidad y el transporte a raíz del brote de COVID-19.