El consumo responsable en el comportamiento de movilidad significa conocer el impacto del comportamiento cotidiano en el propio bienestar, en el bienestar colectivo y en el medio ambiente, y después aprender a poner en práctica un comportamiento responsable y sostenible, a cambiar el propio estilo de vida, utilizando de forma eficiente los recursos disponibles.

El aumento de la contaminación acústica en las ciudades, la contaminación del suelo y del aire con sustancias tóxicas y el despilfarro de recursos materiales y energéticos impulsan a las personas hacia nuevos comportamientos cada vez más atentos a la sostenibilidad y la circularidad, especialmente en la elección de la movilidad. Los consumidores, especialmente las generaciones más jóvenes, están prestando cada vez más atención a las cuestiones que afectan al futuro del planeta y son el verdadero motor de la sostenibilidad a través de la elección de estilos de vida, hábitos y comportamientos de consumo, tienen el poder de impulsar el mercado de abajo hacia arriba, y más en general, crear un contexto social favorable a las acciones para salvaguardar nuestro planeta.